domingo, 16 de mayo de 2010

Entre la "novedad" y la terapia

Que quienes tenemos vida social "fluida" en Internet, solemos tener una vida social pobre en el "mundo real", no es ninguna novedad.
Más allá de la versión "hollywoodense" del nerd encerrado y lo que nos enseñaron las películas, cierto es que algunos nos movemos con mayor confianza en la virtualidad, sin dejar por eso de ser quienes somos en el mundo "real".
Lo contrario expresa un estudio reseñado en español por el periódico El Faro de Vigo (quienes por cierto, no vinculan al artículo original, por lo que no pude encontrar más datos), en el que se expresa que nuestra personalidad virtual es normalmente opuesta a la real, particularmente en las redes sociales.
Según este estudio, llevado a cabo por el psiquiatra John Grohol, si somos populares en Facebook o Twitter, tenemos grandes posibilidades de ser tímidos en nuestro entorno diario. No es lo que puedo decir de la mayoría de mis amigos de FB (digo, los que realmente conozco en persona).
Lo beneficioso sería, para el estudioso, que la popularidad virtual puede ayudar a mejorar la autoestima de la persona, por lo que tendría un beneficio terapéutico, que, entre otras cosas, ayuda a justificar el título de este post.
Puede que haya algo de "enmascaramiento" en nuestra conducta virtual, mediatizada como está por la tecnología, (y al menos en FB teniendo muchas opciones de participación que utilizamos y que a veces ni siquiera miramos fijamente), pero afirmar que quienes usan redes sociales son "actores" es, como mínimo, apresurado.
No obstante, debo darle la razón en parte, ya que este blog no es para nada popular, sin embargo mi mamá me quiere mucho igual, y me dice que soy especial.

La nota "completa" en Faro de Vigo

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